¿Quién no ha probado unos deliciosos Cacahuates Japoneses? Ya sea como botana para ver el fut, en una reunión con los amigos o, simplemente, cuando vamos de paseo con la familia en un parque o una plaza, los cacahuates son deliciosos y perfectos para pasarla bien.
Y a lo mejor, por su nombre, pensaste toda la vida que algún japonés trajo su botana hasta México luego de cruzar el océano para que disfrutemos de esta delicia. Bueno, las cosas no pasaron así.
Aunque no lo creas, los Cacahuates Japoneses ¡se inventaron en México! Sí, tal como lo lees, estas deliciosas botanas se inventaron en nuestro país y fue en el popular mercado de “La Merced” donde ganó a sus primeros fanáticos.
¿Cacahuates Japoneses o Cacahuates Mexicanos?
Pero, ¿por qué japoneses? En 1932, llegó a nuestro país Yoshigei Nakatani, un japonés que iba a trabajar a una fábrica de botones llamada “El Nuevo Japón” que desapareció al poco tiempo.
Nakatani se quedó sin empleo, pero tenía que mantener a su familia por lo que empezó a pensar qué hacer para poder llevar dinero a casa. Para fortuna de todos, Nakatani sabía mucho de dulces y creó un cacahuate enharinado y sazonado con salsa de soya.
Empezó a venderlo en un carrito en el mercado y la gente empezó a buscar los cacahuates del japonés. La deliciosa botana de Nakatani tuvo tanto éxito que creció hasta convertirse en la marca Nipon.
Ese es el verdadero origen de los Cacahuates Japoneses, que nacieron en un mercado mexicano de la mano de un japonés, por lo que suena bastante lógico el nombre de esta maravilla, ¿no crees?
Como dato curioso, los Cacahuates Japoneses en Japón no se llaman así, se llaman Cacahuates Mexicanos y, algunas marcas, tienen en el empaque un mariachi. Curioso, ¿no crees?
En Morrikos, tenemos el delicioso, el único, el exquisito Cacahuatazo, una combinación de salsas y cacahuates, como los japoneses, que seguro, ya te hicieron agua la boca. Además, contamos con una amplia variedad de otras deliciosas botanas picositas y bebidas deliciosas de la familia Coca-Cola que te encantarán. No te quedes con las ganas ¡y ven por los tuyos!